
Todo el mundo sabe ser asertivo, pero lo que realmente cuenta es saber serlo cuando estás bajo presión. Y ahí, claro, se complica. Descubre qué significa de verdad ser asertivo y cómo trabajar tu asertividad. Es una forma de pensar que puede cambiar tu vida en el trabajo.
Definición: ¿qué es la asertividad?
La palabra asertividad viene del inglés "assertiveness". Significa la capacidad de expresarse y defender sus derechos y su opinión sin pasar por encima de los de los demás.
La asertividad es, antes que nada, una forma de ser, una mentalidad, casi una filosofía. También se refleja en actitudes para expresarse y afirmarse de manera tranquila, es decir, con una comunicación no violenta: lenguaje corporal, verbal y paraverbal que facilita el intercambio desde una lógica de cooperación. En el día a día, de forma natural, solemos ser asertivos: sabemos afirmarnos, expresar lo que sentimos, nuestras ideas, necesidades y deseos. Somos asertivos en el 70 % de los casos. En el 30 % restante, actuamos de forma pasiva, agresiva o manipuladora, explica Martine Favreau, formadora en Cegos.
¿Qué es una postura asertiva?
Tomar conciencia de conductas que no ayudan
En situaciones de estrés, desacuerdo o conflicto, solemos adoptar de manera automática "conductas de refugio".
Existen tres grandes perfiles:
- La pasividad
- La agresividad
- Las conductas manipuladoras
Estas reacciones están ligadas a nuestros miedos y a creencias inconscientes. "Estos perfiles no funcionan ni para uno mismo ni para la relación; al contrario, terminan generando más conflicto" cita Martine Favreau.
Es importante darnos cuenta de cuáles son nuestras conductas de refugio cuando la otra persona está cerrada, rígida o en desacuerdo, para salir del círculo vicioso que se crea. Porque estas conductas generan estrés para uno y para el otro, y le echan más gasolina al conflicto.
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Mantener la buena intención
Una persona asertiva mantiene apertura, confianza y buena intención: claves para una relación de cooperación y una negociación de tipo ganar-ganar, especialmente cuando hay desacuerdo.
Para Martine Favreau, la persona asertiva es como el alquimista del conflicto. No lo ve como “tengo un problema que resolver”, sino como “tengo un objetivo que alcanzar”. Es capaz de recibir críticas sin dejar de ser amable consigo misma y con el otro. Sigue escuchando activamente sus propias necesidades y las del otro.
Optimista y realista, se mantiene disponible, con calma en el cuerpo y en la mente. Sabe expresar sus emociones y es auténtica. Sabe hacerse escuchar, formular críticas o peticiones. Sabe decir que no sin salir del espíritu de cooperación y negociación con el otro.
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¿Cómo se puede reconocer a una persona asertiva?
Se reconoce por diferentes habilidades y actitudes que va desarrollando:
- Sabe respetar y hacerse respetar.
- Tiene buena seguridad personal y relacional en situaciones de desacuerdo o conflicto, tanto a nivel físico como verbal.
- Se comunica bien en conflicto y puede responder a conductas pasivas, agresivas o manipuladoras sin perder la calma.
- En conflicto, intenta comprender, escucha con empatía y vuelve a los hechos desde una lógica de co-construcción. Es una persona que cuida la relación.
- No busca “tener la razón” como alguien agresivo que quiere imponer su juicio —argumenta Martine Favreau—. Se ponen sobre la mesa emociones y puntos de vista distintos, en una actitud constructiva. Busca una solución para que los objetivos queden —como mínimo o como máximo— satisfechos de manera ganar-ganar. Habla en positivo y propone opciones negociables cuando hay diferencias. No impone: deja que el otro elija.
- La persona asertiva es transparente, se siente cómoda, usa el "yo" y tiene una comunicación corporal abierta hacia el otro. Favorece la confianza, la creatividad y la innovación.
Los 10 superpoderes de una persona asertiva
- Saber recibir críticas y verlas como una oportunidad para mejorar.
- Saber expresar su opinión y sus emociones con calma.
- Saber defender sus derechos y sus opiniones en cualquier situación.
- Generar apertura y confianza mutua cuando la comunicación se cierra.
- Saber decir no manteniéndose sereno y sin culpa.
- Mantenerse en lo concreto y en los hechos durante un conflicto.
- Desarrollar capacidad de negociación.
- Saber transformar un problema en un objetivo.
- No tener miedo al cambio ni al desacuerdo. Provocar cambios positivos y tener margen de acción en situaciones difíciles.
- Ver cualquier conflicto como una oportunidad para mejorar y co-crear.
Cómo desarrollar la asertividad
Identificar tus patrones automáticos y desactivarlos
Se trata de reconocer tus reacciones “de piloto automático” (pasivo, agresivo o manipulador) en momentos de tensión y conflicto, y aprender a frenarlas.
- La persona pasiva debe entrenarse para expresar sus emociones, lo que siente y lo que necesita, y abrirse a los demás. Debe aprender a decir "yo", sostener más la mirada y decir no para hacerse respetar.
- La persona agresiva debe aprender a parar cuando se da cuenta de que está diciendo cosas desagradables. Para reconocer mejor lo que siente, técnicas como la respiración, el anclaje y la conciencia de uno mismo ayudan a tomar distancia. Como la persona agresiva no escucha ni al otro ni a sí misma, le conviene trabajar técnicas para desarrollar la escucha. También debe dejar de intentar convencer a toda costa y entrenar la comprensión del otro con ejercicios o juegos de rol.
- En cuanto a la persona manipuladora, que tiende a poner ambigüedad en la relación, lanzar indirectas o hacer promesas que no se cumplen, necesita aprender —con distintas técnicas— a posicionarse y expresar sus opiniones con claridad.
Afrontar las críticas
Hay que diferenciar entre críticas injustificadas (basadas en juicios de valor) y críticas justificadas. Ante un juicio de valor, la persona asertiva cierra la conversación con firmeza (técnica del edredón), usa la técnica de recentrado, la del disco rayado o la actitud de la esfinge.
Pase lo que pase, cuando recibe una crítica, la persona asertiva pide que se precise. Lo primero es ponerse en condiciones para recibirla bien, manteniéndose estable físicamente. Se usa la respiración o la técnica de anclaje para conservar la calma. Luego, conviene agradecer al otro para bajar la tensión y el miedo de ambos. Por último, hay que analizar la crítica con calma, paso a paso, y mantenerse en hechos para no entrar en un choque emocional.
Se le puede pedir al otro que dé ejemplos para entender mejor su crítica. Eso permite detectar un problema posible, recuperar los hechos que están en el origen de la crítica, identificar y expresar las necesidades de cada uno, detalla Martine Favreau. Finalmente, hay que usar todo eso para abrir el camino a soluciones, ya sea pidiéndolas o proponiéndolas. Esto refuerza una dinámica positiva en la relación y ayuda a poder recibir nuevas críticas.
Saber decir no
La conducta asertiva consiste en recuperar el derecho a poner límites: poder decir sí o no. Se le dice sí a la persona, pero no a la petición, usando el método ACCEPT, explica Martine Favreau.
A de Acoger la petición del otro escuchando y reformulando lo que pide.
C de Comprender la necesidad detrás de la petición.
C de Clarificar sus limitaciones.
E de Expresar su pesar y decir no.
P de Proponer una solución.
T de Terminar con una nota positiva, la regla de oro de una buena relación.
Los 7 beneficios de la asertividad en el trabajo
- Favorece el sentido de responsabilidad, la iniciativa y el compromiso.
- Usa las emociones para actuar de manera constructiva.
- Mejora la comunicación al desarrollar una mejor conciencia de uno mismo y del otro. La persona asertiva es más humana y más abierta. Aporta la dimensión del saber ser además del saber hacer.
- Reduce el nivel de estrés, con un efecto positivo en la salud.
- Vuelve a la persona más eficaz, productiva y creativa.
- Instala una forma de conversación que transforma desacuerdos y conflictos en debates constructivos.
- Ayuda a vivir mejor los cambios.
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