Upskilling vs. reskilling, ¿conoces la diferencia?

02/03/2020

La flexibilidad y la capacidad de formarse son habilidades que las compañías buscan en sus empleados. Estos, a su vez, esperan de las firmas opciones de desarrollo que les permitan progresar. ¡Bienvenidos a la era del upskilling y el reskilling!

Las empresas y el mercado laboral actual reclaman profesionales versátiles y con una habilidad clave, la de formarse a lo largo de toda su vida profesional, algo que, según una reciente encuesta de Goodhabitz, es fundamental para el 93% de los empleados españoles. Un 60% de los encuestados reconoce haber realizado formación relacionada con su trabajo durante los últimos 12 meses, mientras un 89% afirma que realizaría un curso sobre un tema de interés si su superior se lo sugiriera.

Un 75% piensa, asimismo, que debe ser la empresa la que invierta en el desarrollo de su plantilla. La realidad -recoge la encuesta- es que un 64% de empresas paga la formación de sus empleados, mientras que un 17% de profesionales la sufragan ellos mismos. No obstante, la formación preocupa tanto a los empleados de nuestro país, que un 12% de los encuestados estaría dispuesto a compartir los gastos derivados de su formación con su compañía. 


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Formar a tus empleados para lograr mayor engagement

upskilling

Los planes de formación se convierten así en una potencial arma, no solo para atraer al talento que la empresa desea incorporar, sino también para fidelizarlo. Sin ir más lejos, se trata de un must para las nuevas generaciones, esto es, Millennials y Centennials, y es que un 57% de los primeros estarían dispuestos a dejar su trabajo si no recibieran formación, como apunta la II edición del estudio Carencias de capacidades, de Udemy. 

En este escenario, hay dos términos que están irrumpiendo con fuerza en todas aquellas empresas que desean comprometer al talento a base de formación. Dicha formación puede responder a la necesidad de reciclar el conocimiento y las competencias de los empleados, en un entorno volátil, incierto, complejo y ambiguo como el actual, algo que en los foros de RRHH ya se ha empezado a denominar ‘upskiling’. El upskilling también pretende dar respuesta a los perfiles cada vez más multidisciplinares que requiere la era actual, global y digitalizada, en la que los profesionales están llamados a dotarse de competencias (creatividad, innovación, resiliencia, pensamiento crítico, inteligencia emocional, etc.) que ayuden a poner en valor su función en un momento en el que las máquinas pueden llegar a adueñarse de aquellos puestos y tareas de menor impacto.

El reskilling como respuesta a un escenario cambiante

Por otro lado, hemos asistido al nacimiento de la palabra ‘reskilling’. Esta hace referencia al hecho de formar a los empleados con el fin de ampliar su expertise y poderlos reubicar, así, en otras funciones o áreas de la empresa. Se trata de anticiparse al posible momento en el que su puesto pase a ser prescindible y desaparezca. 

Las compañías deben ser conscientes de la importancia de brindarles formación a sus empleados ya no solo como elemento clave de su Employer Branding, sino también en términos económicos, ya que, según el último informe del Foro Económico Mundial publicado el pasado mes de noviembre, el gasto que conlleva formar a un empleado para hacerlo competente en los nuevos escenarios tecnológicos es un 25% inferior a los beneficios que genera. Una inversión que vale la pena a tenor de otro dato que recogía el informe, que no es otro que el hecho de que el 54% de los empleados necesitará actualizar o recapacitar sus conocimientos de cara al 2022, año en que la disrupción tecnológica se encontrará en su punto álgido.