Los 3 mejores modos de destruir, poco a poco e inevitablemente, tu reputación como líder

19 de diciembre de 2025
Escrito por Chiara Barbieri

Una de las frases más famosas de Warren Buffett dice:

Se necesitan 20 años para construir una reputación y cinco minutos para arruinarla. Si lo piensas, harás las cosas de otra manera.

De hecho, hay cosas que pueden provocar una caída rápida y fuerte. Pero hay otros comportamientos más sutiles: van desgastando la relación por dentro y, aunque parezcan “pequeños”, el final es el mismo: en algún momento, todo se rompe.

Cómo destrozar tu reputación

Entonces, ¿cuáles son las 3 mejores formas de cargarte un “capital” de reputación y confianza que ya habías construido a veces con mucho esfuerzo dentro de tus relaciones profesionales?

1) Crear falsas expectativas

Pasa cada vez que generas expectativas que luego no cumples. Puede ser sobre tu rendimiento, sobre algo que vendes, o sobre una promoción o un aumento que prometes.

A veces lo haces por ligereza: pensando que “ya lo resolverás después”, o por quedar bien en el momento, sin medir el precio que pagarás más adelante.

Otras veces lo haces a propósito: de forma deliberada, para “sacar lo máximo” aquí y ahora. Cuando te descubren, el costo para tu reputación es altísimo. Y la próxima vez, tu palabra va a valer muy poco.

2) Evitar hacerte responsable

La cultura de la excusa, de pasarle la culpa a otro, de la “mala suerte”, es enemiga directa de la confianza. Muchas veces, en la empresa, para salir del problema y sin pensar en la reputación, la gente suelta frases como: “no es culpa mía”, “me lo impusieron”, “tengo las manos atadas”, “bueno, ya sabes cómo son ellos”.

En esos momentos estás tirando tu credibilidad por la borda. Y no solo cuando le cargas el error al colaborador (algo terrible y que, a veces, todavía pasa), sino también cuando tienes una postura poco clara: exiges responsabilidad a los demás, pero tú no la practicas primero.

Reconocer que te equivocaste no está “de moda”, pero es una de las cosas más simples y directas que te ayudan a reconstruir credibilidad y reputación.

3) Hablar mal de los que no están

No te voy a quitar el gusto de la broma cínica, que tanto forma parte de nuestra cultura. Pero sí quiero remarcar el impacto fuerte que esta práctica tan común y “querida” tiene en el clima de confianza y en la reputación de líder que estás construyendo.

Hablar mal de alguien (sea un colega, alguien del equipo, un amigo o tu suegra) es una “salida fácil” porque crea una complicidad rápida. Pero si lo haces de forma constante, terminas alimentando una cultura de comentarios por detrás, no transparente, basada en “me dijeron”, “escuché”, “interpreté”. Y otra vez: poca claridad, incertidumbre y desconfianza.

Este listado, por supuesto, no pretende limitar tu creatividad para arruinar una buena reputación, tanto en tus relaciones profesionales como personales.

¿Te ha resultado útil este artículo?
Escrito por

Chiara Barbieri