Pedagogos en mi empresa... ¿Para qué? | Expertos Cegos

27/02/2023

La importancia del desarrollo del talento en las organizaciones

Vivimos una batalla crucial por la captación del mejor talento. Parece que con unos índices de desempleo tan altos tendría que ser fácil encontrar mano de obra, pero esto es falso, en la sociedad del conocimiento hay perfiles que escasean.

Cuando pensamos en los tres activos principales en las organizaciones, a mí me salen 3 principalmente:

  • Las personas
  • El patrimonio o la capacidad para financiarse
  • La tecnología

Cada una de las revoluciones industriales ha venido acompañada de una transformación tecnológica, el acceso a las nuevas técnicas suponía un incremento en la eficiencia en la producción y, normalmente, el coste de acceso requería de grades inversiones. Mientras que la mano de obra era el recurso económico y accesible.

Algo así pasaba con los recursos financieros. Sin ir más lejos, en 1990 el MIBOR superaba ampliamente los 15 puntos porcentuales, por lo que financiarnos representaba un coste muy elevado para las empresas.

¿Qué ha pasado en tan solo 30 años?

Por un lado, que la tecnología de la información nunca ha sido más económica, si atendemos tanto a los precios de los ordenadores como a los del propio software. Nos hemos acostumbrado a utilizar aplicaciones que son incluso gratuitas y utilizamos teléfonos inteligentes que haría sonrojar a los PCs más potentes de hace tan solo 5 años.

Pero es que, por otro, el coste de la financiación ha llegado a niveles impensables. El tipo de interés del Banco Central Europeo, BCE, estaba en el 0% en 2016 (aunque las condiciones de la economía fueran realmente atípicas).

Así que, entre una tecnología cada vez más accesible (en precio pero también en facilidad de uso) y unos recursos financieros tan “baratos”, la parte de la ecuación que toma mayor relevancia es la de las personas.

Sabemos que el presente de las empresas depende de captar el mejor talento, incluso se habla de la retención del talento, aunque personalmente prefiero hablar de enamorar al talento… para que no se marche sin tener que “atarlo”. Ahora bien, el talento no es una foto fija que sirva para toda la vida laboral, y mucho menos ahora que las cosas cambian tan rápidamente, es imprescindible que vayamos desarrollando nuestras competencias, de ahí que entre las principales preocupaciones de los departamentos de RRHH figure el reskilling.

El papel de los pedagogos para desarrollar y fidelizar el talento

Los pedagogos son profesionales con sensibilidad hacia la formación de los trabajadores, personas que ayudan a concretar la captación de necesidades de formación, ya sea a través de GAPs detectados o para apoyar la estrategia de desarrollo de la organización.

Personas capaces de situarse en un plano superior, a la hora de definir los modelos de aprendizaje, diseñar los planes de formación o gestionar los recursos de manera eficiente. Y, a la vez, ser capaces de concentrarse en la actividad concreta, siendo consultores que establecen de los objetivos de aprendizaje, diseñadores del mejor itinerario de formación, seleccionando la mejor modalidad y el canal más adecuado en términos de efectividad, e incluso formadores cuando el conocimiento lo ostenta la propia organización.

Si en la captación es fundamental el papel del psicólogo que escoge las personas más adecuadas para cada perfil, el papel del pedagogo en la empresa es precisamente velar porque ese profesional siga siendo en mejor para el puesto que ocupa, a la vez que facilitamos que en su desarrollo pueda aspirar a cotas más altas en la organización.

Si estamos de acuerdo con Henry Ford y su célebre “Sólo hay algo peor que formar a tus empleados y que se vayan. No formarlos para que se queden”, ¿alguien se replantea aún el valor de los pedagogos en las organizaciones?

En mis programas de formación de formadores me gusta hacer una encuesta a los participantes. Les pregunto ¿quién es más valioso en la empresa, el asesor financiero o el consultor de formación?

Afortunadamente cada vez son más los que se decantan por este último, y es que si hago una síntesis (algo sesgada por mi pasión por la formación), me gusta recordar que los economistas son muy buenos explicando sucesos del pasado y encontrando causas y explicaciones; mientras que los consultores de formación son garantes del futuro: hacer que los profesionales mejoren sus competencias de forma sostenida y sostenible.

Nota del autor

En los años 70 ya hubo un libro similar que explicaba el papel de los pedagogos en las organizaciones que planteaba la pregunta del título: “La ciencia de la educación. Pedagogos, ¿para qué?” de Joaquín García Carrasco.

Es paradójico que, a pesar de la importancia de este perfil en las empresas (aunque tradicionalmente se le asocia al entorno educativo) 50 años más tarde veamos aún la necesidad de volver a explicarlo: ““¿Para qué servimos los pedagogos?” de M.A. Santos Guerra.

Bibliografía

Santos Guerra, M.A. “¿Para qué servimos los pedagogos?: El valor de la educación. 2020 Ed. Los libros de la catarata

Sobre al autor

Toni Ramos, Gerente en CEGOS

Pedagogo de profesión, consultor en formación en organizaciones y la aplicación de la tecnología en el aprendizaje. MBA por la UB y PDD por el IESE, coordinó el primer MBA on line y el desarrollo de la FP digital en Cataluña.

aramos@cegos.es

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