Diseño del Plan de Formación: cómo detectar las necesidades formativas

Las organizaciones hoy en día se mueven en un entorno cambiante y competitivo, por lo que es necesario que mantengan una constante renovación y aprendizaje. Así, el Plan de Formación es una estrategia fundamental de cara al desarrollo personal y profesional de los empleados y a la adquisición y mejora de competencias.
De esta forma, la formación en la empresa debe tomarse como una inversión y no como un gasto dentro de la planificación estratégica de Recursos Humanos de la empresa y, para que sea eficaz tiene que consistir en un proceso de aprendizaje continuo.
La primera fase en el diseño del Plan de Formación debe ser plantearnos “dónde estamos y dónde queremos estar”, es decir, analizar cuál es la situación actual de la empresa (cultura organizacional, entorno en el que se mueve, competidores, materiales o recursos con los que cuenta, etc.) y cuáles son sus objetivos estratégicos, para así establecer cambios y mejoras destinadas al logro de los mismos.
¿Cómo detectar las necesidades formativas?
Para desarrollar el Plan de Formación es necesario detectar las necesidades de formación de la propia organización y de los empleados. Esta fase está muy relacionada con el análisis y descripción del puesto de trabajo (ADPT), ya que es una forma muy amplia de conocer las tareas que requiere el puesto, sus responsabilidades, funciones, etc.
También hay otras formas de detectar necesidades formativas que pueden complementarse con el ADPT. Por ejemplo, la Técnica de Grupo Nominal o NGT consiste en una metodología de carácter colaborativa para detectar necesidades, problemas y posibles soluciones a raíz de la generación ideas que nacen de un grupo de 10 – 15 personas cuando tratan un tema concreto. Es una herramienta que permite generar ideas para más tarde priorizarlas y, se diferencia de la “tormenta de ideas” en que aquí cada participante debe reflexionar individualmente y plasmar sus ideas en un papel para posteriormente, de forma consensuada por el grupo, establecer una lista con las más importantes o prioritarias.
La siguiente fase será el diseño y elaboración del Plan de Formación para el cuál se delimitarán, según las necesidades formativas de la empresa, objetivos de desarrollo, contenidos y principios de aprendizaje.
Tras el diseño y la posterior aplicación, es esencial la evaluación del mismo. Para poder establecer resultados, podemos comprobarlos y medir el aprendizaje con test de conocimientos, como se habló en anteriores posts, aunque siempre la verdadera eficacia se medirá en la práctica del empleado en su puesto de trabajo.
Si quieres ahondar más en el diseño del plan de formación, te recomendamos que descargues nuestra guía gratuita.