Conciliación y flexibilidad, palancas del compromiso

Equipo de colaboradores

En un contexto en continua transformación como el actual, el mercado laboral necesita de compañías líquidas que sepan adaptarse tanto a las demandas de sus empleados como a las del propio contexto socioeconómico. La conciliación es un must para los primeros, mientras la flexibilidad es condición sine qua non para sobrevivir.

El salario emocional, aquel que permite satisfacer las aspiraciones profesionales y personales del empleado en el sentido más amplio (formación, conciliación, flexibilidad, programas de beneficios sociales, voluntariado corporativo, etc.), es una práctica que ha demostrado su valía a la hora de atraer y fidelizar al talento. Así lo pone de manifiesto el hecho de que el compromiso de los empleados se haya convertido en una prioridad para siete de cada diez empresas, según revelaba la firma especializada en estudios de mercado Markess hace solo unas semanas.

La encuesta también revelaba cómo, además de reforzar el compromiso de la plantilla, el 56% de las firmas buscaba fortalecer en el corto plazo el rendimiento general de la compañía y el 42% esperaba mejorar su atractivo. Una reputación empresarial que se sustenta en todos los elementos que conforman el salario emocional del empleado, ese que ponen en valor cada vez más empresas y cuya valía ya llevan tiempo demostrando las catalogadas como mejores empresas para trabajar. Un ranking que, por ejemplo, publica anualmente Actualidad Económica. Las compañías que ostentan este distintivo logran, según varios estudios, septuplicar su capacidad de atracción y cifrar la fidelización del talento en un 86%, además de alcanzar cotas del 86% en la confianza del empleado y de la colaboración entre equipos, del 83% en la productividad y del 84% en la productividad del negocio.

Conciliación, sinónimo de productividad

Ahora bien, ¿cuáles de los elementos que conforman el Employer Branding sirven para incrementar el engagement de la plantilla? Los estudios que analizan año tras año la satisfacción del empleado señalan que, en el caso de los españoles, serían la conciliación y la flexibilidad. La primera busca un mejor equilibrio entre la vida profesional y la familiar y/o personal de los empleados, esos que de un tiempo a esta parte valoran más su tiempo. Así, más que ceñirse a jornadas laborales maratonianas, donde impera el presencialismo, estos valoran poder desarrollar su trabajo dentro de un horario razonable, una optimización del tiempo que, además de hacerles más productivos, les alinea con la misión y visión del negocio.

Saber que, tras alcanzar sus objetivos en el terreno laboral, permitirá al empleado concentrarse más y mejor en su trabajo, ser más creativo y participativo, gestionar mejor su tiempo (diferenciando entre lo urgente, lo prioritario y lo ordinario) y estar motivado a la hora de aceptar nuevos retos y responsabilidades. Un escenario que, sin duda alguna, beneficia tanto al empleado como –no nos olvidemos- a la empresa.

Flexibilidad, la palabra clave

Trabajar por objetivos y hacer una gestión personalizada y meditada del tiempo de cada uno liga de lleno con otra palabra que ha alzado el vuelo en los últimos años, la flexibilidad. La Real Academia Española la define como “cualidad de lo que no se sujeta a normas estrictas, dogmas o trabas” o “susceptible de cambios o variaciones según las circunstancias o necesidades”. En el terreno laboral, esta flexibilidad se traduce en horarios abiertos de entrada y salida, en la posibilidad de trabajar varios días a la semana desde casa (el tan laureado teletrabajo), en ausentarse del lugar de trabajo por visitas médicas, reuniones escolares, etc.) haciendo uso de un banco de tiempo que, después, permita compensar las horas, etc. una gestión más personalizada y optimizada del tiempo de cada uno, etc. Esta flexibilidad también permitirá que el empleado disponga de más libertad y sea más autónomo a la hora de organizarse, siempre y cuando que, obviamente, alcance los objetivos pactados previamente con Dirección o su manager directo.

Tras la época de mayor restricción a causa del COVID-19, los empleados desean seguir disfrutando de una mayor flexibilidad. Así lo recoge una encuesta realizada por Six Ideas by Dexus entre más de 7.000 personas de mayo a julio de este año, que reveló cómo un 74% de los consultados estaban interesados ​​en trabajar desde casa al menos uno o dos días por semana de promedio. La encuesta también recogía cinco de las prácticas más efectivas llevadas a cabo por en las empresas durante estos meses. ¡Toma nota!

  • Garantizar que la flexibilidad sea flexible, “confiando y dando poder a las personas, directivos y equipos para diseñar y negociar la flexibilidad por sí mismos”.
  • Vincular la flexibilidad con la estrategia y el cliente, “identificando nuevas formas de medir la productividad y el rendimiento y redefiniendo la forma en que recompensan y evalúan el desempeño”.
  • Ser modelo de flexibilidad, “incluyéndola en el ámbito de las personas y la cultura empresarial y haciendo que directivos, consejeros y mandos intermedios actúen como modelo a seguir”.
  • Fomentar y permitir la flexibilidad del equipo, “haciendo que los equipos –y no solo los individuos que conforman la empresa- puedan adoptar sus propias normas y formas de trabajar para apoyar sus objetivos”.
  • Ayudar a las personas a trabajar de manera flexible, “Proporcionando un entorno propicio para el trabajo flexible y asegurándose, por ejemplo, de que las personas que trabajan en casa tengan la configuración adecuada de salud y seguridad, así como acceso a la mejor tecnología y herramientas”.

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