
El microlearning se ha erigido como una formación ágil, dinámica, medible y que se ha demostrado eficaz, a su vez, para aumentar el engagement de la plantilla.
En los últimos años, el microlearning o metodología de aprendizaje consistente en fragmentar la formación en pequeñas cápsulas ha alzado el vuelo en el seno de las empresas. Se trata de pequeñas dosis de información en forma de vídeos, storytellings u otras narrativas digitales, con una duración de entre 15 y 20 minutos, que el empleado puede consumir cuando y donde quiera, a través de sus ordenadores o dispositivos inteligentes.
Microlearning, una evolución natural
Lejos han quedado ya aquellas formaciones regladas o estandarizadas a las que los empleados tenían acceso tras un proceso de inscripción que debía autorizar la empresa. Unas formaciones, cabe decir, que muchas veces ocupaban parte de la jornada laboral y bien comportaban que el profesional se desplazara a un centro formativo o bien implicaba que algún formador o coach impartiera la lección en las mismas instalaciones de la empresa. Muchas veces esas sesiones in-company también eran grupales, para amortizar la inversión.
Hoy, en cambio, los profesionales demandan una formación flexible, muy segmentada, lo más atractiva posible y, a poder ser, consumible en cualquier momento y lugar, a través de sus ordenadores, tablets o Smartphones. Un tipo de formación que, con el paso del tiempo y valiéndose de la versatilidad del universo online, ha dado lugar a nuevas tipologías de formación. Una de ellas es el microlearning, que consiste en fragmentar la formación en contenidos muy cortos -máximo 15 minutos- y específicos, que se valen de formatos tan dinámicos como vídeos, podcasts, infografías, lecturas, juegos, etc., lo que hace que el aprendizaje, lejos de saturar al profesional, facilite la asimilación de unos conceptos que, además, perduran en el tiempo. Estos contenidos se encuentran alojados en la nube y a disposición de los empleados en cualquier momento y lugar.
Win-win para empleado y empleador
A través del microlearning, la compañía pone al alcance de su fuerza laboral una formación de alto valor, previamente seleccionada en función de la naturaleza del negocio y las funciones que llevan a cabo sus empleados. Lo hace, además, con una metodología que favorece la retención de información en el medio y largo plazo, que no conlleva una gran inversión en términos económicos y que también sirve como herramienta idónea para cuidar del compromiso de los empleados, que cada vez valoran más las opciones de desarrollo que la empresa pone a su alcance.
De hecho, entre los motivos que más a menudo aducen aquellos que dimiten de sus puestos encontramos la imposibilidad de crecer y prosperar en la compañía. Y ya se sabe que contar con empleados más comprometidos significa contar con empleados más productivos, algo que impacta de lleno en las cuentas de resultados del negocio. A través del microlearning, por lo tanto, una compañía no solo pone al alcance de ellos opciones reales de desarrollo, sino que promueve que el empleado pueda seguir formándose de forma recurrente y ágil a lo largo de su trayectoria, algo fundamental en los tiempos que corren.
Control de su propio tiempo para el empleado
Al tratarse de píldoras formativas muy concretas y de corta duración, el profesional es quien decide cuándo y dónde consumirlas, algo que permite un mejor control y gestión de su propio tiempo. Que sean fácilmente consumibles a través de dispositivos inteligentes también las hace sumamente atractivas para Millennials y Centennials, esas generaciones que ya hoy representan una gran cuota de la fuerza laboral mundial y que se desenvuelven de maravilla en el universo digital.
Para acompañar a las empresas en la implementación del microlearning en sus procesos, Cegos pone a su alcance unas píldoras de autoconsumo de corta duración (entre 15 y 20 minutos) cuyo objetivo es desarrollar el conocimiento de una habilidad. La concreción es una vez más uno de los pluses de este tipo de formación. Cegos comercializa sus píldoras de autoconsumo en tres modalidades: Classic, Focus e Intensive. En la modalidad Classic, la empresa tiene acceso a distintos módulos de aprendizaje que persiguen que el empleado adquiera nuevas habilidades. Para ello, pondrá a prueba su dominio previo de la materia a través de un análisis. Después, le sugerirá un amplio abanico de ejercicios interactivos como pueden ser arrastrar y soltar, emparejar pares, cumplimentar, test o vídeos. Toda una experiencia de aprendizaje interactiva y estimulante a bajo coste, ¿te interesa?