Además de dotar a los equipos de las herramientas digitales que faciliten su labor, un liderazgo de equipos remotos efectivo debe consensuar con ellos objetivos y plazos, dar feedback de manera frecuente o fomentar la colaboración entre ellos.
En situaciones de emergencia sanitaria, donde el confinamiento de las personas es una de las medidas clave, una de las fórmulas que han adoptado en masa las empresas para paliar el golpe es el teletrabajo. Todos conocemos ya de sus bondades (flexibilidad, conciliación, trabajo por objetivos, etc.), pero, hasta la irrupción del Coronavirus, pocos eran los que se beneficiaban de todas ellas. Y es que, si bien es cierto que la progresiva digitalización de empresas y procesos y la capacitación digital de las fuerzas laborales han ayudado a democratizar conceptos como el trabajo en remoto y el Smart Working, en España todavía no se trata de una práctica demasiado extendida. De hecho, solo la llevan a cabo, según Eurofound, un 15% de las compañías.
Sin embargo, a un 36% de los profesionales españoles ya le habían planteado la opción de trabajar en remoto este año antes de que la pandemia se extendiera. Un 92% lo veía además con muy buenos ojos. Estos son dos de los datos arrojados por el “Estudio de teletrabajo y dispositivos para la conexión”, que Ipsos Digital y Celside Insurance daban a conocer a principios de marzo y que también revelaba cómo un 32% consideraba que su rendimiento sería mayor que en la oficina, mientras que para un 54% no habría diferencia.
Objetivos claros y medibles para un liderazgo de equipos remotos efectivo
El tiempo dirá si los engranajes forjados a contrarreloj una vez decretada la alarma son lo suficientemente férreos como para extender el trabajo en remoto alrededor de nuestro país, pero mientras tanto, son varias las compañías que esgrimen una serie de consejos para implementar el trabajo en remoto de la forma más efectiva posible. Una de ellas es BICG, quien recomienda varias claves que, “aunque claras y de sentido común, vale la pena recordar”. Entre ellas, destacan la de fijar objetivos claros y medibles que deben ser comunicados por parte del responsable a cada uno de los empleados; recurrir a la tecnología como aliada, bien para comunicarse, compartir documentos o realizar tareas; establecer dinámicas de equipo que repliquen al máximo las dinámicas cotidianas que tendríamos en la oficina o huir del aislamiento manteniendo una comunicación fluida con compañeros y responsables, algo fundamental para la motivación.
BICG hace especial hincapié en la figura de los responsables de equipos. Y es que, tal y como señala su CEO, Iñaki Lozano, “es muy importante que estos sepan comunicar de forma clara los objetivos, animen a su equipo a trasladar las dudas si no ha quedado algo claro, convoquen reuniones a través de videoconferencias y, en el transcurso de las mismas, recuerden la importancia de escuchar y preguntar al que está al otro lado a la vez que se respetan los turnos de palabra”. Si tenemos en cuenta esta base mínima, prosigue Lozano, “las jornadas laborales a distancia se convertirán en una oportunidad empresarial y no en un problema”.
Networking
Si tuviéramos que reducir los requisitos del trabajo en remoto solo a dos, estos serían la comunicación y la tecnología. El resto de elementos que facilitarían el trabajo podrían incorporarse y perfeccionarse a posteriori. De la unión de comunicación y tecnología, no obstante, surge un concepto a tener muy en cuenta durante este tiempo, el networking entendido como herramienta estratégica para seguir conectados, posibilitar el trabajo en equipo y mantener la productividad. A ello contribuyen herramientas que permiten tener conferencias con varias personas, trabajar documentos online, compartir pantalla o enviar archivos de calidad. Es el caso de Google Suite, Microsoft Office 365 o Dropbox. Es necesario familiarizarse, asimismo, con aplicaciones como Skype, Hangouts y otros programas de videoconferencia y chats online, así como con herramientas colaborativas como Google Drive, Microsoft Teams, Asana y Trello, que evitan la comunicación y el trabajo solo por email.
¿Crees estar preparado para el reto que supone liderar equipos remotos?
