La diversidad de género como valor añadido en las empresas

24/07/2019

Perfiles diversos dan como resultado equipos más creativos, resolutivos e innovadores y eso, al cambio, significa mejorar la imagen de la empresa no solo de puertas a dentro, como marca empleadora, sino también de puertas afuera, entre sus públicos objetivos. Pero todavía hay más, ya que esta diversidad impacta directamente en la rentabilidad y la cuenta de resultados de la organización.

Mujeres y liderazgo, asignatura pendiente en el Plan de igualdad en empresas

La brecha de género es la eterna lacra de la sociedad actual. Las mujeres ocupan la mayor parte de las profesiones que durante la pandemia se han visto como esenciales pero aun así han sido las que más penalizadas han salido por la crisis económica que el covid19 ha traído consigo. También están infrarrepresentadas en los puestos directivos, algo que tampoco es nuevo y que recientemente volvía a sacar a la palestra un nuevo estudio, esta vez elaborado por Kreab para ClosinGap, y que señalaba como en España, solo una de cada cuatro personas con capacidad de decisión en las esferas de poder es mujer, una infrarrepresentación que sobre todo se pone de manifiesto en los ámbitos político, empresarial y de los medios de comunicación.

En 2016, algunos informes ya señalaban cómo las compañías que apuestan por el liderazgo femenino aumentan hasta seis puntos porcentuales sus beneficios netos. Que sea una mujer la que se encuentre a los mandos de una compañía da como resultado un liderazgo más humanista y centrado en las personas, algo que se ha visto fundamental estos últimos meses. En términos generales, ellas tienen más capacidad para hacer red, comunicarse con los demás e incluso abordar con mano izquierda asuntos más delicados; son más persuasivas y suelen convencer a base de dar ejemplo y no de imponer las cosas, y tienen una mayor facilidad para reconocer el éxito de los demás, algo que incide de lleno en el engagement de los empleados.

Mayor diversidad de genero igual a un mayor PIB

diversidad de género

El informe “Global Gender Gap Report 2018” situaba a España en el puesto 29 del ranking que habla sobre el nivel de avance en igualdad de cada país. Esta es una lacra que resta competitividad al país, por mucho que cueste creerlo, ya que como señaló la presidenta de Merk, Marieta Jiménez, en una reciente jornada donde se dieron cita varias multinacionales, “si las mujeres no se hubieran incorporado a la fuerza laboral, hoy el PIB sería un 18% menor”. Las mujeres, para Jiménez, “representan el 37% del PIB mundial, pero si la paridad fuera real este número aumentaría en al menos 20 puntos”.

En este contexto, por supuesto, cabría incorporar políticas inclusivas, así como medidas de conciliación y flexibilidad laboral o planes de igualdad en términos de desarrollo, promoción y retribución, etc. algo que no solo beneficiaría al talento femenino de la empresa, sino al conjunto de sus empleados. La diversidad de género es un valor en sí mismo, que se vincula a la Responsabilidad Social de la que la empresa no solo hace gala, sino con la que realmente se compromete en su día a día.

Fuerza de trabajo más competitiva gracias a la diversidad

Otro de los que se ha pronunciado recientemente acerca de la diversidad de género a nivel global ha sido el séptimo Secretario General de las Naciones Unidas, Kofi Annan. Este declaró que “la igualdad de género es más que un objetivo en sí mismo. Es una condición para hacer frente al desafío de reducir la pobreza, promover el desarrollo sostenible y el buen gobierno”. Una idea que debe ser trasladada al plano empresarial, donde los equipos diversos son el mejor reflejo de las necesidades y retos que existen hoy en día en la sociedad y de las habilidades que cabe poner al servicio de esa sociedad para crear soluciones eficaces y al nivel de lo que el contexto global requiere.

La diversidad de género crea una fuerza de trabajo a todas luces más competitiva. Así lo señala también un estudio realizado durante dos años por Deloitte y que fue publicado a finales de 2017. En él, se pone de manifiesto cómo los lugares de trabajo con igual representación de hombres y mujeres consiguen un compromiso un 4% mayor entre sus colaboradores, una imagen de marca un 5% más sólida, un aumento de la facturación bruta un 23% superior y un crecimiento orgánico un 13% mayor que aquellas que no contemplan planes de diversidad e inclusión en su seno.