Formarse en idiomas, eterna asignatura pendiente

08/02/2021

Formarse en idiomas no solo permite que los empleados puedan desenvolverse en contextos y equipos globales, sino que también les hace más autónomos, resolutivos y competitivos.

La edición 2020 del Índice del EF English Proficiency desvelaba una vez más que los españoles nos situamos a la cola en lo que a dominio de inglés se refiere. Esto, en un contexto laboral cada vez más global e interconectado y en un momento en el que una de cada tres ofertas laborales requiere el dominio de idiomas (el 92% de ellas, inglés, seguido a muchísima distancia del francés -11%- y el alemán -6%-). Sobre todo en sectores como turismo y restauración, investigación, ingenierías, agencias de comunicación, internet, consultoría, formación e informática. Tanto si su empresa se halla en uno de estos sectores como si no, es interesante que sus empleados se formen decididamente en idiomas, algo que también les hará más autónomos, resolutivos, competitivos y, en definitiva, productivos.

Ventajas de formarse en idiomas a nivel individual

Que una persona haya decidido formarse en idiomas a lo largo de su vida refleja un carácter inconformista y ambicioso, dos cualidades que cualquier empresa que se precie querría para sus empleados. Ese plus de autoexigencia y perfeccionamiento probablemente se traduzca en empleados más atentos a los detalles, más creativos y más flexibles, capaces de desarrollarse en entornos cambiantes y globales, donde las nuevas tecnologías han hecho desaparecer las fronteras espacio-temporales y donde cada vez se debe trabajar más a menudo con equipos multiculturales, en los cuales la competencia lingüística es imprescindible.

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A lo largo del tiempo, ha habido un sinfín de debates en torno a la idoneidad de que los niños crezcan en entornos multilingües. Si bien es cierto que quizás estos pequeños empezaban a hablar más tarde de lo que marcan los cánones, una vez que lo hacían eran capaces de hacerlo indistintamente en cualquiera de los idiomas a los que se le exponía desde sus primeros meses de vida, con la riqueza que ello conlleva. Un apunte: entender todos esos idiomas ya lo hacían desde mucho antes. Y no solo eso, porque demuestran ser más creativos y tener mejor memoria. Varios estudios, asimismo, han desvelado que los cerebros bilingües o multilingües suelen debutar en demencias como el Alzheimer hasta cinco años más tarde que aquellos que no lo son.

Ventajas para el negocio de formar en idiomas

Está claro que, una vez llegados a la edad adulta, la plasticidad del cerebro a la hora de aprender no es tanta, sin embargo, nunca es tarde para incorporar o perfeccionar un segundo y hasta un tercer idioma. De hecho, los cursos de inglés para empresas están viviendo un nuevo repunte gracias, también, al contexto cada vez más globalizado e interconectado en el que nos movemos también a nivel laboral. Los hay, incluso, específicos para negociar, hacer presentaciones, llevar a cabo una entrevista de trabajo, etc.

Los empresarios son conscientes de que una mejor comunicación transfronteriza mejoraría la cuenta de resultados del negocio. Quienes han decidido invertir en la formación en idiomas de la plantilla han visto, además, cómo aumentaban sus ventas. Dos variables que explican perfectamente que los directivos con idiomas sean perfiles altamente demandados o que los empleados con idiomas perciban un salario entre un 3% y un 7% más alto.

Para aquellas empresas dispuestas a formar a sus empleados en idiomas, Cegos pone a su alcance unas piezas de autoconsumo centradas en los idiomas e impartidas a través de un partner. Unos cursos en los que se realiza una prueba de nivel inicial para determinar el nivel de partida. A continuación, si la prueba de nivel indica que este está en el nivel B1, se le asigna el nivel B2; si está en el B2, se le asigna el C1, y así sucesivamente. Es decir, el alumno accede al nivel inmediatamente superior al suyo.

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